Salmos que recomendamos para meditar los misterios dolorosos: el 28 (27), 38 (37), 31 (30), 22(21), 69 (68).
Los sentimientos que Jesús tuvo en los momentos de su máxima prueba, están expresados en muchos salmos. La Virgen Madre y Jesús conocían perfectamente los salmos, himnos antiquísimos que El Divino Espíritu regaló al pueblo para que expresara sus sentimientos delante de Dios según fueran las vicisitudes diarias. Vamos a meditar los misterios dolorosos apoyados con las palabras de algunos salmos que expresan lo que estaba Jesús viviendo en ese momento
• Organizador
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los Misterios que vamos a meditar son los dolorosos. Pero primero profesemos nuestra fe : Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra....etc.
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
1° misterio doloroso: LA AGONÍA EN EL HUERTO: Y sumido en angustia, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra. Levantándose de la oración vino donde sus discípulos y los encontró dormidos por la tristeza. Les dijo: ¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación (Lucas 22, 44-47)
Jesús junto a tu angustia colocamos, la angustia de los que sufren la guerra, la drogadicción, el desempleo, la soledad, el sin sentido de la vida, los encadenados por un vicio, las madres que sufren por sus hijos y unidos a tu plegaria, decimos con el salmo 69, 2:
Dios mío, sálvame que me llega el agua al cuello y me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie.
El lector reza el padre nuestro y el avemaría
• 1° lector
Salmo 69, 4: Estoy agotado de gritar y se me nublan los ojos de tánto aguardar a mi Dios
El lector reza el avemaría.
• 2° lector
Pidamos fortaleza para aquellos que están siendo probados y que en estos momentos estén participando de las angustias de nuestro hermano Jesús: decimos con el salmo 69, 6:
Dios mío, Tú conoces mi debilidad, no se te ocultan los hechos de mi vida, que por mi causa no queden defraudados los que esperan en Ti. Yo soy un pobre mal herido, respóndeme con la bondad de tu gracia.
El lector reza el avemaría
• 3° lector
Oigamos estas hermosas palabras de triunfo con que acaba el mismo salmo 69,31-37 dando gracias a Dios por aquellos que superan sus pruebas:
Alabaré el nombre de Dios con cantos pues el Señor escucha a sus pobres. Alábenlo el cielo y la tierra las aguas y cuanto bulle en ellas.
Cantar el avemaría y al final se dice:
Por la angustia de Jesús y la fuerza con que la superó: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
2° misterio: LA FLAGELACIÓN :Tomó entonces Pilatos a Jesús y mandó a azotarle (Juan 19,1)
En el salmo 35,11ss el Divino Espíritu nos enseña a orar en momentos como los que Jesús está pasando en su flagelación:
Testigos falsos se levantan. Me hacen preguntas de lo que nada sé. Se me paga mal por bien. Mi alma está desolada. Ellos se ríen, se reúnen contra mí, desgarran sin descanso. Burla tras burla, rechinando sus dientes contra mí. Oh Señor: ¿hasta cuándo te quedarás mirando? Señor, no te estés mudo, no te estés lejos de mí. Despiértate, levántate a mi juicio.
Señor: regálanos tu silencio, tu paciencia, tu perdón cuando nos encontremos burlados como tú. Regálanos esos hermosos sentimientos que dirigías a tu Padre, cuando nos sintamos aporreados por la vida.
El lector reza el padre nuestro y el avemaría
• 1° lector
Salmo 59, 2, 3: Líbrame de mis enemigos, Dios mío, de mis agresores protégeme, líbrame de los agentes del mal, de los hombres sanguinarios sálvame
El lector reza el avemaría
• 2° lector
Salmo 62, 2, 5, 11: En Dios sólo el descanso de mi alma, de él viene mi salvación. Hasta cuándo atacaréis a un solo hombre. Doblez sólo proyectan. Su placer es seducir. Con mentira en la boca bendicen, y por dentro maldicen. En Dios solo descansa alma mía. No os fiéis de la opresión, no os ilusionéis con la rapiña, no apeguéis el corazón a las riquezas cuando aumenten que de Dios es la fuerza y suyo el amor.
El lector canta el avemaría y reza Gloria al Padre. Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
3° misterio doloroso: LA CORONACIÓN : Y desnudándole le cubrieron con un manto de grana. Entretejieron una corona de espinas. Se la pusieron sobre la cabeza y una caña por cetro en su mano derecha. Y con la rodilla doblada en tierra, le escarnecían diciendo: Dios te salve Rey de los judíos. (Mateo 27,28)
Al ver al Cristo en esta hermosa figura, tan deplorable, vestido de loco, nuestro hermoso Dios humilde, manso, humillado podemos decir con el salmo 44, 12ss:
Como ovejas de matadero nos entregas, nos haces objeto de burla, gritos de insulto y de blasfemia, odio y venganza. Nos llegó todo esto sin haberte olvidado, nos cubres con la sombra de la muerte sin haber traicionado tu alianza. ¿Es que no te das cuenta Padre de nuestra situación? Por Ti se nos mata cada día, se nos trata como ovejas de matadero. Despierta ya. ¿Por qué duermes? ¿Por qué ocultas tu rostro? Nuestra alma está hundida en el polvo. Rescátanos por tu amor.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría
• 1° lector
Padre junto a tu Hijo coronado de espinas y vestido con túnica de burla colocamos a todos los destrozados por la envidia del Maligno: los locos que deambulan por la calle, los limitados, los enfermos, nuestros ancianos, y todos los rostros de los que ansiosos buscamos tu rostro. No de mala gana, Padre, recibamos el dolor, sino con el espíritu manso y de perdón que tienen en este instante tu Hijo y la Madre para que al vernos y servirnos podamos alentarnos con las divinas palabras expresadas en tu salmo 2,6: Ya tengo consagrado a mi Rey en el monte santo, y le digo: tú eres mi Hijo, hoy te he engendrado.
Cantar un avemaría y rezar Gloria. Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
4° misterio doloroso: TOMA LA CRUZ A CUESTAS: Si quiere seguirme : Tome su cruz cada día y sígame (Lucas 9,23) Y llevando Él mismo su cruz a cuestas fue caminando hacia el sitio llamado el Calvario. (Juan 19,17)
En el camino diario de la vida decimos con el salmo 142, 2 ss: A Yahvé mi clamor imploro, ante Él derramo mi lamento y expongo mi angustia: Tú conoces mi sendero, el camino por donde voy lleno de lazos. Nadie me conoce, nadie que cuide mi alma. A Ti clamo y te digo: Eres mi refugio, mi porción entre los vivos. Atiende mi clamor porque estoy abatido, saca mi alma de la cárcel te daré gracias y todos los justos se alegrarán por tu favor para conmigo
El lector reza el padrenuestro y el avemaría
• 1° lector
Digamos con todos los que están siendo probados las palabras del salmo 3,2-4: Padre, cuán numerosos son mis adversarios, cuántos los que dicen: No hay salvación para Él en Dios. Pero, Tú, mi Dios, me ciñes, realzas mi cabeza. El lector reza el avemaría
• 2° lector
Acompañemos con el salmo 143,7 ss a aquellos cuya cruz se les vuelve muy pesada: Respóndeme pronto Yahvé que el aliento me falta, no me escondas tu rostro pues estoy bajando a la fosa. Haz que sienta tu amor en la mañana, dame a conocer el camino a seguir, a ti acudo para que me enseñes porque tú eres mi Dios. Tu divino Espíritu me guíe y en ti me darás vida, por tu justicia sacarás mi alma de la angustia y por tu amor aniquilarás a los enemigos de mi alma. Yo soy tu servidor.
El lector reza el avemaría
• 3° lector
Vamos a cantar la última avemaría con júbilo por aquellos que como Jesús llevan su cruz y animan a los demás a llevarla como lo hizo Él : Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras pues si así se trata a la leña verde,¿ cómo será con la seca ? (Lc23,28 y siguientes)
Cantar el avemaría y rezar Gloria al Padre Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
5° misterio doloroso: LA CRUCIFIXIÓN
Los hermosos salmos 22, 31 y 69 los oró Cristo y su santa Madre en la cruz de una manera viva, o sea con hechos y sentimientos. En ellos se manifiesta una profunda angustia, y al mismo tiempo una fe inconmovible, perdón y comprensión plena. Oremos este hermoso salmo 22 que comienza con las palabras de Cristo: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? en que se revela la lejanía de Dios del mundo a causa del pecado.
Con Jesús y con todos aquellos que están pasando momentos muy difíciles, decimos estas palabras del salmo 22: Padre, ¿por qué nos has desamparado? De día clamamos y no nos respondes, y en la noche solo silencio. Somos como gusanos y no como hombres. Somos burla y mofa y nos dicen: Confían en Dios, que Dios los salve. Pero nosotros acudimos a Ti, pues Tú nos sacaste del vientre materno, nos confiaste a los pechos de nuestras madres. Desde el vientre de nuestras madres eres nuestro Dios. No andes por lo tanto lejos de nosotros que la angustia nos cerca. Te alabaremos porque no has desdeñado nuestra miseria, has oído nuestro clamor y nuestra alma vivirá para Ti.
El lector rezar el padrenuestro y el avemaría
• 1° lector
Otro salmo hermosísimo y lleno de confianza que Cristo oró en forma viva en la cruz, es el salmo 31 en donde se encuentran sus palabras: Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu.
Vamos pues a orar con el salmo 31: En ti Yahvé me cobijo, no sea confundido jamás, sé para mí roca de refugio. En tus manos encomiendo mi espíritu, pues tú me rescatas. Tú que has conocido mi miseria, y has conocido la angustia de mi alma. Tenme piedad pues sufro angustia, sucumbe mi vigor y soy espanto para mis familiares
El lector reza el avemaría
• 2° lector
En este momento supremo de tu angustia decimos con el salmo 31 (30), 15, 16: Pero yo confío en ti Yahvé y digo: Tú eres mi Dios. Está en tus manos mi destino. Haz que alumbre tu rostro a tu siervo, sálvame por tu amor. Qué grande es tu bondad
El lector reza el avemaría
• 3° lector
Vamos a cantar la última avemaría después de leer el triunfo de Jesús en su prueba más dolorosa según lo narra el salmo 30 (29), 2-6:
Yo te ensalzo, Padre porque me has levantado, Tú has sacado mi alma del Seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa. No permitiste que los enemigos se burlaran de mí pues clamé a ti y me sanaste. De un instante es tu cólera, de toda una vida tu favor. Salmodiad a Yahvé los que le amáis.
Cantar el avemaría y rezar Gloria Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
Por el Papa y la iglesia peregrina recemos La Salve