Proclamados por el papa Juan Pablo II, celebran a Jesús como Mesías y Rey, el anunciado por las Sagradas Escrituras. Por eso para meditar estos misterios se pueden rezar salmos de triunfo, donde se revele la plena potestad de Dios sobre lo creado, potestad entregada a JESÚS, entre ellos el 121 (120), 91 (90) 145 (144), 66 (65), 68 (67), 72 (71), 73 (74) y ante todo el solemne salmo 89 (88) en donde se anuncia todo el plan salvífico y lo que iba a pasar con el MESÍAS y sus seguidores.
Introducción (Al Organizador le corresponde leer u omitir la introducción según vea conveniente).
No sabemos desde cuándo Jesús tuvo plena conciencia de ser el HIJO DE DIOS. Es una conciencia, que como en todo cristiano, se va madurando con el acontecer de la vida. En Jesús está vivencia tiene un matiz más profundo porque por naturaleza y no por adopción, es Hijo. Ya desde los doce años llamó : Mi Padre a Dios (Lc3,49), y dio muestras de conocer muy bien las Sagradas Escrituras donde El Espíritu Divino había escrito sobre el Hijo de Dios que iba a venir y que Él sabía por lo que le contaba su Madre, que se estaban cumpliendo. Ratos muy sublimes debió pasar La Sagrada Familia cuando juntos leían el Libro Sagrado, y a medida que La Madre comentaba lo que había acontecido en Belén y en el Templo, misterios gozosos que ya meditamos, el Niño les mostraba lo que al respecto se había escrito. Por eso se lee en Proverbios (8,30) tal como lo traduce la liturgia cuando celebra las fiestas de la virgen: Yo (La Sabiduría) era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia con la bola de la tierra, y gozaba con los hijos de los hombres. Y en otro lado: Ni una jota de lo escrito dejará de cumplirse (Mt5, 18). Pobre Madre, gozosa de La Sabiduría: Su Hijo, que no sospecha la tragedia del Calvario. Esa LUZ hogareña que no pudo ser apagada por la persecución de Herodes, ni por el destierro a Egipto, ni por las incidencias de la vida cotidiana como la pérdida del Niño en el templo, llegó a plena madurez y dejó el hogar para entregarse a los hombres. Es Juan, el Bautista, el primer hombre que oficialmente declara a Jesús como el Mesías. Tal vez ya María lo sabía. Esta manifestación pública de Jesús como Mesías, Dios con nosotros, iba a ser puesta a prueba por la incredulidad de los hombres como lo afirma el texto sagrado (Sabiduría 2,12ss): Tendamos lazos al justo que nos fastidia y se enfrenta a nuestro modo de obrar, al que se ufana de ser Hijo de Dios y lleva una vida distinta. Veamos si sus palabras son verdaderas, sometámosle al ultraje y al tormento para conocer su temple, condenémosle a una muerte afrentosa pues según Él, Dios le asistirá. Pero antes de ser puesto a prueba por los hombres el Espíritu lo lleva al desierto para que los espíritus malignos lo tienten y sean testigos de su poder sobre ellos. Meditemos cómo Jesús es Dios con nosotros.
• Organizador
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Los Misterios que vamos a meditar son los luminosos. Pero primero profesemos nuestra fe : Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra....etc.
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
1° misterio luminoso: BAUTISMO DE JESÚS. Y desde el cielo resonó esta voz: Este es mi Hijo, muy Amado. Escuchadle. (Lucas 3,20)
A medida que rezamos el padrenuestro y el avemaría, reconozcamos a Jesús como el anunciado por las Escrituras prefigurado por David según estas palabras del Salmo 89.
Salmo 89 (88), 21 y siguientes: He ungido con óleo santo a mi siervo David. Mi mano será firme para él, también mi brazo le hará fuerte. No le ha de sorprender el enemigo, el hijo de iniquidad no le oprimirá. Yo aplastaré sus adversarios ante él. Heriré a los que le odian. Mi lealtad y mi amor irán con él, por mi nombre se exultará su cuerno, pondré su mano sobre el mar, sobre los ríos sus derecha. Él me invocará: Tú, mi Padre y yo haré de Él mi primogénito.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría
• 1° lector
Pidamos que Jesús rija nuestra vida diciendo con el Salmista:
Salmo 72(71) Señor: Confía tu juicio a tu Ungido para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. Que Él defienda a los humildes de tu pueblo, socorra a los hijos del pobre. Que se postren ante Él los jefes de las naciones, que todos los pueblos le sirvan y le obedezcan, porque Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector.
El lector reza tres avemarías y Gloria al Padre, y al Hijo,....
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
2° misterio luminoso: LAS BODAS DE CANÁ: Y como faltara el vino, le dice su Madre: No tienen vino. Jesús le responde: Qué tengo que ver contigo. Mi hora no ha llegado. La Madre indicó a los que servían: Haced lo que Él os diga. (Jn 2,5)
Este pasaje nos manifiesta que aunque todo está escrito y Ni una jota de lo escrito dejará de cumplirse (Mt5, 18), podemos precipitar la llegada del Reino a nosotros, así como María precipitó la hora de Jesús, y como lo dice Pedro en su segunda carta: Esperad y apresurad el día de la Venida del Señor, viviendo en paz y siendo inmaculados e irreprochables (2P3, 12,14).
Reconozcamos a Jesús de tal forma que en nosotros se precipite su plena manifestación.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría
• 1° lector
Refiriéndonos a Jesús Nuestro intermediario para llegar al Padre digamos con el salmo:
Salmo 73(74) Yo siempre estaré contigo. Tú tomas mi mano derecha, me guías según tus planes y me llevas a un destino glorioso. ¿No te tengo a ti en el cielo? y contigo ¿qué me importa la tierra? Se consumen mi corazón y mi carne por Jesús, mi herencia perpetua. Para mí lo bueno es estar junto a Jesús, hacer del Señor mi refugio y contar todas sus acciones
El lector reza tres avemarías pidiendo que se haga la voluntad del Padre, así en la tierra como en el cielo, y dice Gloria al Padre, y al Hijo,....
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
3°misterio luminoso: PREDICACIÓN DEL REINO Y les dio poder sobre los espíritus malos y les mandó que no llevasen nada para el viaje, fuera del bastón. Ni pan, ni provisiones, ni dinero (Marcos 6,8 y siguientes)
Jesús es cada vez más consciente de su pleno poder y reprocha con frecuencia la falta de fe de sus seguidores. Recordemos que con la presencia de Dios entre nosotros la angustia, la enfermedad, las necesidades materiales, y la misma muerte pueden ser asumidas en el poder de Aquel que tántas veces dijo a sus discípulos: No tengáis miedo (Lc5, 10; 12, 4 ,7). Estad alegres (Jn 16,20-24, 15,11)
Salmo 121: Levanto mis ojos a los montes. El auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra. Tu guardián no duerme, no permitirá que tu pie resbale. El señor guarda tus entradas y tus salidas.
El lector reza el padrenuestro y el avemaría
• 1° lector
Salmo 68(67) Se levanta Dios, que se dispersen sus enemigos. Bendito el Señor que cada día lleva nuestras cargas. El Señor nos hace escapar de la muerte. Es quien da fuerza y poder a su pueblo.
El lector entona tres avemarías y Gloria al Padre
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
4° misterio luminoso: TRANSFIGU RA¬CIÓ¬N EN EL TABOR: Jesús se transfiguró y vieron a Elías y a Moisés que conversaban con Jesús. Los cubrió una nube y resonó una voz: Este es mi Hijo muy Amado. Escuchadle (Marcos 9,2 y siguientes)
Jesús en este episodio demuestra que Él domina la esfera terrena y la esfera sobrenatural. Habla con Moisés que había muerto y con Elías arrebatado a los cielos en carro de fuego. Con sus milagros se muestra Rey y Señor de este mundo y de los espíritus rebeldes que expulsa. Pero su poder va más allá al comunicarse con los que lo habían anunciado y habían sido su figura en el Antiguo Testamento. Por eso decimos jubilosos con el salmo 66:
• 1° lector
Salmo 66 (65) Que se postre ante ti la tierra entera. Venid a ver las obras de Dios sus temibles proezas. Alegrémonos con Dios que con poder gobierna eternamente Sus ojos vigilan a las naciones. Él nos ha conservado la vida y no dejó que cayéramos en el peligro.
El lector reza el padrenuestro y tres avemarías pidiendo que nuestra fe en Jesús sea cada vez más fuerte.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
• Organizador o el encargado de anunciar este misterio
5° misterio luminoso: LA INSTITU CIÓN DE LA EUCARISTÍA: ¿Seréis capaces de beber el cáliz que he de beber ? (Mateo 20,23)
Jesús llegado a plenitud, en plena identidad con el Padre, todo lo domina. En los evangelios, ante todo en el de San Juan, se nota tenso pero lleno de júbilo porque va a ser sometido a la máxima prueba. Sabe que sus discípulos no resistirán: heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas (Mr 14,27). Pero volverán a Él. En una ceremonia sencilla y llena de significado nos invita a recibir plenamente su misterio: ¿Seréis capaces de beber el cáliz que he de beber? (Mt20, 23). El sacrificio que va a realizar se condensa en esta ceremonia tan simple. Como explica Juan Pablo II en la carta encíclica Ecclesia de Eucharistia 3, 5, 10, 11, 30, la celebración eucarística, no se puede confundir con una mera celebración de la palabra. Sólo se entiende dentro del Triduo Pascual: Cena del jueves, Crucifixión el viernes y Resurrección al amanecer del sábado, Sacrificio pleno de Cristo que se repite y está en manos de los sacerdotes y su Iglesia y en el cual Jesús prolongando su sacrificio presenta continuamente al Padre los dolores, angustias de la Iglesia Itinerante o sea de los que cada día toman su cruz y completan en sí lo que falta a las tribulaciones de Cristo (Col 2,4). Cuando Jesús invita a comulgar con Él, nos invita a su sacrificio y a la fe profunda que nuestra muerte diaria está unida a la del que venció la muerte en La Cruz, signo inconfundible del Cristianismo en el que toma pleno sentido el dolor y la muerte por la que debemos pasar junto con Jesús. Digamos con el salmista:
• 1° lector
Salmo 30 (29): Yo te ensalzo, Padre, porque me has levantado, tú has sacado mi alma del seol, me has recobrado de entre los que bajan a la fosa. No permitiste que los enemigos se burlaran de mí
El lector reza el Padrenuestro y el avemaría
• 2° lector
Recordemos el sacrificio de Jesús descrito en el solemne salmo 89 (88), 39ss. Mas con todo has rechazado y despreciado a tu Ungido, rompiste la alianza con tu Siervo, has abreviado los días de su juventud y le has cubierto de ignominia. ¿Hasta cuándo Yahvé te esconderás? ¿Dónde están tus primeros amores que juraste a David por tu fidelidad? Llevo en mi seno todos los ultrajes de los pueblos. Bendito sea Yahvé por siempre. Amén. Amén.
El lector reza tres avemarías y Gloria al Padre, y pide que sin temor a ninguna prueba sigamos al Maestro tomando su cáliz con alegría y venciendo la muerte como Él.
Oremos por los más angustiados: Oh Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a las almas ante todo a las más necesitadas de tu divina misericordia
Pidiendo por los peregrinos y el Papa, recemos La Salve